No pensemos mucho. La idea de negocio
que tenemos rondando nuestra mente hay que crearla, desarrollarla, generar
comentarios y perfeccionarla con las críticas.
De
nada sirve que tengamos una buena idea sino la plasmamos para ponerla en
acción.
Tímido. Cuando tengamos alguna idea en mente, tenemos
que compartirla para enriquecerla. Una idea está mejor construida si está hecha
entre varias personas.
Agradarles a todos. Cuando pongamos en
práctica nuestra idea, pensemos que no a todos les va a gustar.
No nos exijamos demasiado: cuando presentemos
nuestra idea a los clientes hay que regirnos al “menos es más”.
Perder tiempo: no malgastemos
nuestro tiempo en redacciones de
documentos inútiles, no porque nuestro
informe sea más voluminoso, será el más exitoso.
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